- EL PERIÓDICO DE ESPAÑA 16/02/20204
https://www.epe.es/es/igualdad/20240216/csif-denuncia-brecha-salarial-genero-administracion-publica-pedimos-gobierno-ponga-pilas-98249068
CSIF DENUNCIA LA BRECHA SALARIAL DE GÉNERO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA: "PEDIMOS AL GOBIERNO QUE SE PONGA LAS PILAS"
En esta noticia de comienzos de año se pone de manifiesto una de las desigualdades más evidenciadas desde el acceso de la mujer al trabajo, que es la desigualdad retributiva. Con el análisis de esta noticia he querido hacer un reflexión global acerca de la implantación de la perspectiva de género y del concepto de igualdad en el ámbito laboral, haciendo hincapié en el sector de la Administración Pública, aludiendo a conceptos como el sistema sexo-género, la brecha salarial o la socialización en desigualdad como agente promotor de las desigualdades que se perpetúan en el tiempo y que se extienden a todos los ámbitos de la vida.
La noticia comienza aportando datos facilitados por el CSIF en su Informe Brecha Salarial, en el que se informa de un alarmante crecimiento de la brecha salarial en un 20% tanto en el sector público como en el privado. Esto significa, en palabras de Eva Fernández Urbón, secretaria nacional de Igualdad y Responsabilidad Social del CSIF, que las mujeres trabajan gratis setenta y tres días al año. Antes de desgranar la desigualdad evidenciada en estos datos, me gustaría aprovechar la mención a Eva Fernández Urbón para poner de manifiesto uno de los avances acaecidos a raíz de la entrada en vigor de la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Se trata de la aplicación de la igualdad de trato en todas las empresas, tanto públicas como privadas. La igualdad y la perspectiva de género se han ido incorporando cada vez a más sectores y con este hito la igualdad adquiere relevancia en todos los ámbitos de la vida, y en concreto en el ámbito laboral, además de convertirse en un eje transversal de las políticas empresariales y económicas.
Volviendo al análisis del titular que nos ocupa, y centrándonos en el ámbito del sector público, ¿Cómo puede existir desigualdad retributiva en la Administración? Según el Ministerio de Política Territorial y Función Pública las mujeres en la AGE cobran entre 1 y 1,5 euros menos que los hombres. Como dice el dicho: "echa la ley, echa la trampa". Esto se debe a la falta de concreción en la ley de la totalidad de las retribuciones que puede recibir el personal de la Administración. Las retribuciones básicas y el complemento de destino son cantidades fijadas en la Ley de Presupuestos Generales del Estado. Como no puede ser de otra forma actualmente, la LPGE establece estas cantidades de manera igualitaria, por lo que todo el personal devenga la misma cantidad sin discriminación por razón de sexo. Entonces, ¿de qué manera se introduce esa desigualdad retributiva? Además de las retribuciones mencionadas, existen otras como la productividad u otros complementos cuya asignación no está fijada en ninguna ley y que puede atender a motivaciones menos específicas y objetivas. En este tipo de casos es donde la brecha de género encuentra un resquicio para inmiscuirse en el sector público aumentando las desigualdades, en concreto la desigualdad retributiva.
Parece inverosímil que en el año 2024 podamos leer titulares que hablen de desigualdad retributiva, pero esto lo único que hace es evidenciar el camino que queda por recorrer. Para poder establecer objetivos y soluciones, hay que hacer primero un ejercicio de retrospección y poner el foco en el proceso de socialización desde la infancia, en cómo las niñas y niños crecen estableciendo en su imaginario una serie de valores y de fundamentos que les son transmitidos en desigualdad por los diferentes agentes de socialización (familia, escuela, grupo de iguales y medios de comunicación) y que contribuyen a que la sociedad adulta normalice determinados comportamientos, normas sociales y valores asignados a cada sexo que incluso traspasan la barrera de lo social y se hacen hueco en las instituciones y la legislación, como es el caso que nos ocupa.
Por ello hay que seguir poniendo el foco en estos temas, cuestionar y reflexionar acerca de determinadas prácticas que se han instalado y se han normalizado, y proponer soluciones. El sector público tiene que dar ejemplo. En lo que concierne a la igualdad retributiva, el trabajo en materia de legislación parece ser la vía más apropiada y eficaz. Pero también hay que trabajar en la concienciación tanto a nivel individual como social, y para ello es necesario un replanteamiento y una reflexión acerca de los roles y las relaciones de género establecidas, así como la reeducación y formación de los diversos agentes sociales que son el motor de cambio.
